Quería hablar antes acerca de un aspecto particular en torno a Fragile Dreams: Farewell Ruins of the Moon (Wii), pero decidí mejor dejar pasar un poco el tiempo antes de hacerlo. Y a lo que me refiero, es a una de los objetos que podemos encontrar dentro del juego, los cuales, como ya les he comentado antes en otras ocasiones, almacenan las memorias de la gente que alguna vez los poseyó.
No voy a mencionar en donde se encuentra dicho artículo (eso se los dejo a ustedes descubrirlo), porque precisamente mucho del chiste de este título es encontrar estos pequeños tesoros, que complementan de manera sublime lo que hace ser a Fragile Dreams lo que es: uno de los títulos más melancólicos que he tenido el placer de disfrutar y el cual he tenido el placer de tener en mis manos.
La memoria en concreto se trata acerca de un videojugador, como muchos de mis lectores. No es la mejor que podemos encontrar dentro de este título (hay otras verdaderamente maravillosas y otras desgarradoras por lo que implican), pero este desde luego llamó mi atención desde que supe de su existencia y siempre la tuve en mente al momento de recorrer los niveles del juego.
Como pueden ver en las imágenes (si desean que crezcan, solo hagan clic sobre éstas), nuestro anónimo videojugador habla de un título en particular, contenido en un cartucho, cuya forma se asemeja al de uno perteneciente al Famicom. Pero al leer la descripción de dicho artículo, deja la impresión de que se está hablando acerca del primer juego de la serie Dragon Quest de Square-Enix.
Desde luego, no puede asegurarse del todo: de hecho, dudo que Namco Bandai o Tri-Crescendo pusieran una referencia tan clara de un juego de parte de una compañía competidora (existe otra dentro de Fragile Dreams de una serie muy popular en Japón). Pero viene a ser una especie de pequeño homenaje a una de las más importantes sagas de videojuegos en el país del Sol Naciente.
Hay más cosas respecto a Fragile Dreams: Farewell Ruins of the Moon que me gustaría compartir con ustedes, pero será en otra ocasión. Un título que refleja a su manera lo que es la humanidad.
[Vía GoNintendo.com]
No voy a mencionar en donde se encuentra dicho artículo (eso se los dejo a ustedes descubrirlo), porque precisamente mucho del chiste de este título es encontrar estos pequeños tesoros, que complementan de manera sublime lo que hace ser a Fragile Dreams lo que es: uno de los títulos más melancólicos que he tenido el placer de disfrutar y el cual he tenido el placer de tener en mis manos.
La memoria en concreto se trata acerca de un videojugador, como muchos de mis lectores. No es la mejor que podemos encontrar dentro de este título (hay otras verdaderamente maravillosas y otras desgarradoras por lo que implican), pero este desde luego llamó mi atención desde que supe de su existencia y siempre la tuve en mente al momento de recorrer los niveles del juego.
Como pueden ver en las imágenes (si desean que crezcan, solo hagan clic sobre éstas), nuestro anónimo videojugador habla de un título en particular, contenido en un cartucho, cuya forma se asemeja al de uno perteneciente al Famicom. Pero al leer la descripción de dicho artículo, deja la impresión de que se está hablando acerca del primer juego de la serie Dragon Quest de Square-Enix.
Desde luego, no puede asegurarse del todo: de hecho, dudo que Namco Bandai o Tri-Crescendo pusieran una referencia tan clara de un juego de parte de una compañía competidora (existe otra dentro de Fragile Dreams de una serie muy popular en Japón). Pero viene a ser una especie de pequeño homenaje a una de las más importantes sagas de videojuegos en el país del Sol Naciente.
Hay más cosas respecto a Fragile Dreams: Farewell Ruins of the Moon que me gustaría compartir con ustedes, pero será en otra ocasión. Un título que refleja a su manera lo que es la humanidad.
[Vía GoNintendo.com]
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